Su nombre proviene de un antiguo
proverbio chino: "el aleteo de las
alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo". Haciendo alusión a un conjunto de reacciones en cadena.
Los científicos ven claro que pequeñas modificaciones son cruciales en
el conjunto y pueden llegar a modificarlo hasta límites inimaginables. Esto
mismo se puede aplicar a nuestra vida.
Nuestras acciones presentes
pueden cambiar el futuro, no solamente el nuestro sino el de todos los que nos
rodean, todo aquello con lo que interactuamos a diario. Dependiendo de cómo
reaccionemos a las situaciones, de las decisiones que tomemos, así será el
futuro. Pero lo más importante es que no estamos hablando de grandes cambios,
sino de pequeñas cosas que pueden entrañar enormes diferencias.
Mucha gente tiende a pensar que
todo está escrito y nada de lo que hagamos puede cambiar el resultado final,
pero no es cierto. Tomamos decisiones constantemente, unas más importantes que
otras, pero todas y cada una de ellas son parte de un conjunto en el que el más
mínimo cambio puede llevar a una realidad diferente.
El problema es que la mayoría del
tiempo actuamos como autómatas,
llevados por la costumbre, la comodidad y la rutina, es decir, que nuestras
acciones son fruto de hábitos adquiridos y por lo tanto todo permanece más o
menos igual. Decimos: “no es cierto…. pasará lo que tenga que pasar y sobre
esto no tengo ningún control”
Pensar así provoca perder aún más
control sobre nuestra vida. Si la ciencia admite que dentro del caos existe un
orden (teoría del caos) y que cualquier variación afecta al resultado (efecto
mariposa), ¿por qué nuestra vida va a ser algo estático? No es lógico. Pero,
aún mejor ¿por qué yo no puedo participar en mi propia vida incorporando
cambios a mi antojo¿ y si lo hago…..¿esto no afectará al conjunto? ¿no podré
beneficiarme entonces?
En el fondo todos pensamos que
tenemos cierto control. Quien no ha dicho alguna vez: “Que hubiera sido de mi
vida si… hubiera escogido el otro trabajo, me hubiera casado con la otra
persona, no me hubiera callado en aquella ocasión….” Luego estamos admitiendo
que todo podría ser diferente de haber hecho las cosas de otra forma.
Si las cosas no van como quieres,
debes pararte a pensar si seguir actuando de la misma forma no te seguirá
llevando hacia el mismo sitio, y si, por el contrario, no es el momento de
añadir algún cambio y esperar un resultado mejor.
La clave estaría entonces en
actuar de forma consciente y en beneficio propio, dejar a un lado creencias
antiguas, que está claro que no funcionan, y añadir nuevas formas de
pensamiento. Cambiar nosotros para cambiar nuestro mundo, porque indudablemente nuestro cambio interior
traerá consecuencias que van más allá de nosotros mismos, todo el entorno
cambiará también: familiar, laboral, social. Además, no somos esclavos de
nuestras palabras y actos, somos libres de cambiar cuando y cuantas veces se
nos antoje.
Tomemos el ejemplo de una persona
que durante años ha sido ninguneada en el trabajo, es un cero a la izquierda,
jamás opina y evita cualquier confrontación. Un día se arma de valor y expone
su opinión sobre algún tema, defendiendo su postura de forma tranquila y
educada (no hace falta buscar una pelea), simplemente habla, se hace escuchar.
El entorno quedará un poco consternado por esta reacción a la que no están
acostumbrados, pero habrá un cambio, y si la actitud tiene continuidad y la
persona lleva cada día un poco más allá su nueva faceta, todos los demás se
irán adaptando a ello sin darse cuenta.
La consecuencia lógica será que
su entorno laboral no será el mismo, lo que repercutirá en su autoestima. Ir a
trabajar ya no será tan costoso porque pasará a formar parte del conjunto, cuando
antes se sentía apartado y esto, lógicamente, afectará de forma positiva a su
vida personal haciéndola más plena y feliz, propiciando a su vez otros pequeños
cambios consecuencia del impulso del primero.
Es una reacción en cadena y cada
movimiento llevará a otro, y muchos pequeños, al final, hacen uno grande, pasando
de espectador a creador, artífice de la propia vida.
Ser conscientes del poder que
tenemos en nuestra propia vida es el primer paso para poder cambiarla, poner la
intención es el segundo, y tener muy claro que cualquier cambio, por pequeño
que sea, va a tener una repercusión en todo el entorno porque todo se encuentra
en constante movimiento.
Si lo que ves no te gusta y te
dejas llevar por la vida, toma las riendas procurándote tu propia realidad,
conformando tus experiencias a tu modo. Puede que parezca que ya está todo
hecho, que nada se puede hacer, pero prueba a hacer solamente un cambio pequeño
y observa cómo se mueven todas las piezas a tu alrededor.
Sobre todo: Recuerda Recordar que tu vida la haces tú.
¿Te ha gustado este artículo? Me interesa tu opinión, deja tu comentario.
CONTACTO
¿Te ha gustado este artículo? Me interesa tu opinión, deja tu comentario.
CONTACTO
muy bueno el articulo, me encantaría leer mas es un mundo fascinante, leer sobre el efecto mariposa, sobre las leyes del caos es muy interesante
ResponderEliminarPatricia, me alegro de que te guste, a mí también me fascinan estos temas. Lo cierto es que tengo preparados más, ahí en el cajón esperando su turno, jajaja. Los iré publicando cuando tenga un ratito. Gracias por visitar la página y por tu aporte.
ResponderEliminarMuy lindo e interesante el artículo. Parece difícil salir de ciertos comportamientos. Pero hay que atreverse. Ahí radica el cambio
ResponderEliminar